-esta nota puede contener sopilers-
Si todavía no viste la parte tres de esta serie, una recomendación: ni se te ocurra ver el making off que está en la plataforma de Netflix antes, porque no son tan gentiles como nosotros y no te avisan que es un spoiler de pe a pa. Mal Netflix, muy mal. Eso por una parte. Por otra, a esta notera se le han ocurrido un par de cosas no muy felices respecto del guión de la tira, a pesar de que me reconozco una “casi” fan. Si bien que los escritores han puesto un enorme esfuerzo en mostrar la diversidad de género en la trama, caen en clichés bastante obvios y en momentos hasta ridículos. El homosexual del elenco en un tremendo oso con cara de vikingo que, bueno chicos, no hacía falta caer en semejante exageración. Nuestro querido Rodrigo de la Serna también, pero obvio, sin un sólo gesto que lo devele, y con unos gritos bien “masculinos” y con una homosexualidad ejercida con tal soberbia que es básicamente una contracara simplista de lo masculino.
En casi todos los casos, los ideólogos y los más lúcidos son los personajes masculinos, el “profesor” el primero.

Sigamos con los estereotipos. El motor que mueve la continuidad de la serie es Tokio, nuestra querida voz en off, que también es literalmente condenada porque a causa no poder quedarse en el rol de pareja perfecta (a la muy loca se le da por salir por ahí y divertirse) provoca que secuestren a su chico. Y encima después él la deja, en fin. A la pobre Nairobi le ofrecen como anzuelo a su hijo y, por favor díganme, que madre hecha y derecha no pone en peligro un plan perfecto si le muestran por la ventana la carita de su niño. Otra chica mala, esta vez mala madre. Ay niñas, a ver si se me encarrilan por favor.
Claro, también tenemos la aparición de la nueva detective, esta mujer que sí es inteligente, tiene una panza que no sabemos cómo hace para no parir a cada paso y es mala. Es muy muy pero muy mala. Es tan mala que es una torturadora. Embarazada y torturadora; pero eso sí, con un intelecto capaz de competir con “el profesor”.
Perdón, olvidaba a Manila, esta transexual que también es todo un estereotipo. Trans sí, pero muy hermosa, ojo.
En fin, respiro y sigo porque en realidad la nota no iba de esto, aunque no parezca. Una vez más el dinero mueve montañas y también pandemias y, aparentemente, en este mismo momento se está rodando la temporada final (pero final final en serio) de “La Casa de Papel”; es decir la parte dos de la temporada cuatro. A pesar de las restricciones para rodar que el bichito este horrible nos impone, las locaciones escogidas son España, Portugal y Dinamarca. Según guionistas y productores, esta será “la parte más épica” de todas las rodadas. No tenemos fecha de estreno, pero si esta gente puede rodar en plena pandemia, seguramente el viento que se lleve a esta casa de papel llegará a principios del año próximo.